lunes, 6 de agosto de 2007

Anyone can be a Club Kid?.


Party Monster supone algo así como un "revival", quizás.
¿De qué?.
De esa época tan nostálgica y dorada para algunos como lo son los 80's.
Sin embargo, pareciera ser un extraño sueño ambientado en la época, no así la realidad misma.

Con tantos colores y cambios de imagen, es fácil pensar otra cosa distinta al cotidiano, al común.


Luego de ver tantos afiches de la película por el santiago "alternativo", venía diciendomé que Party Monster podía ser un filme de esos que estaban de moda, más que nada por ser publicitados por el mismo medio.
Se convirtió en un icono de las fiestas electroclash, e incluso una de estas ocupó el mismo nombre del film.

Inspirada en el libro de James St James, Party Monster nuevamente se convierte en otra de mis películas favoritas, de esas especiales, de esas con inteligencia y suspicacia.
Con una puesta en escena algo "glam" y surrealista, se convierte en algo así como el sueño dorado de cualquier chico que gusta de las fiestas, las drogas, música de fiestas, y por supuesto...los 80's.

No es una película gay más. Presten atención, Party Monster supera esos prejuicios.

Nuestro personaje principal es Michael Alig, interpretado por Macaulay Culkin, y lo acompaña su "fiel" amigo, James St James (sí, el mismo del libro), interpretado por una gran actuación de Seth Green.
Michael es nuevo en Nueva York, y quiere convertirse en un "Club Kid", uno de esos chicos populares en las fiestas, con vestimentas estrafalarias y maquillaje. Siempre comportandose como personas V.I.P.
Entonces concoce a James, quien lo ayudará en su transformación de loser a V.I.P.
Rápidamente, Michael se hace muy popular gracias a las fiestas que produce, realizándolas en lugares tan cool, como el local de fast food en el centro, o dentro de un camión incluso.
Con todo esta parafernalia, Michael se vuelve un adicto a las drogas.

El resto es historia.



Con un Soundtrack que ya lo querría en mi fiesta favorita, Party Monster funciona bastante bien.
Basado en una historia real, los directores Fenton Bailey y Randy Barbato, que también escribieron el film, suponen una historia que refleja muy bien la escena nocturna de la época, así también la vida de un drogadicto.
Macaulay juega con un acento algo inglés que no dejó de parecerme extraño, a su vez, exquisito.


Recomendable.
Para los que tienen criterio.
No mentiré, Party Monster no le agradará a cualquiera.



(g-g-g---get happy)